Paseo de Gràcia
La vía del arte y el lujo de Barcelona
Escaparate de las clases acomodadas desde finales del siglo XIX, todo en esta avenida es arte: los edificios modernistas, los bancos, las farolas e incluso el suelo. El Passeig de Gràcia, arteria principal del Eixample barcelonés que comunicaba la antigua ciudad amurallada con el pueblo de Gràcia, es hoy una gran pasarela donde se exhiben construcciones modernistas únicas y tiendas de lujo.
Actualmente, el valor patrimonial y arquitectónico del Passeig de Gràcia se combina con las tiendas más prestigiosas de Barcelona.

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El paseo de la burguesía catalana y el Modernismo
El Passeig de Gràcia vio incrementado su protagonismo cuando se convirtió en el eje central del nuevo Eixample proyectado por Ildefons Cerdà entre los años 1860-1890. Se ampliaron las aceras y a su alrededor se definió un núcleo residencial de baja densidad constituido en gran parte por edificios unifamiliares. Por su centralidad y amplitud, el paseo adquirió un gran valor comercial que atrajo a la burguesía y provocó que las casas con jardín fueran progresivamente sustituidas por edificios de pisos.
Es durante estos años, entre 1900 y 1914, cuando el Passeig de Gràcia se convierte en escaparate de la arquitectura modernista, con joyas de Gaudí como La Pedrera y la Casa Batlló, ambas Patrimonio de la Humanidad, verdaderas obras de arte como la Casa Lleó i Morera, de Domènech i Muntaner, o edificios modernistas con influencias del gótico catalán, como la Casa Amatller de Puig i Cadafalch. Además, en el año 1906, el Passeig de Gràcia incorporó los impresionantes bancos-farolas de trencadís y hierro forjado, diseñados por el arquitecto municipal Pere Falqués i Urpí.
Pero no solo los edificios, los bancos y las farolas deslumbran al visitante. En 1974, aprovechando la modificación del paseo con motivo de la construcción de un aparcamiento subterráneo, se pavimentaron las aceras con baldosas hexagonales inspiradas en las que Gaudí diseñó para las cocinas de La Pedrera. Se trata de un pavimento hidráulico que el arquitecto diseñó originalmente para la Casa Batlló, pero que acabó cubriendo el suelo de las cocinas de los apartamentos de La Pedrera y que hoy día dibuja un fondo marino bajo los pies del caminante en el Passeig de Gràcia. En cada conjunto de 6 losas encontraréis un pulpo, un caracol marino y una estrella de mar.
¿Cómo llegar al Passeig de Gràcia?
Podéis visitar el Passeig de Gràcia tanto con la Ruta Roja del Barcelona Bus Turístic como con la Ruta Azul. Las paradas Passeig de Gràcia – La Pedrera y Casa Batlló – Fundació Antoni Tàpies os dejarán en diferentes puntos del paseo, mientras que desde la plaza de Catalunya, origen y final de las rutas del Barcelona Bus Turístic, podréis pasear por toda la avenida hasta llegar a la Diagonal.
Para los más curiosos
- Las farolas diseñadas por Pere Falqués i Urpí, las primeras eléctricas de la ciudad, fueron rechazadas por algunos sectores de la población para quienes aquellas formas calificadas de “horribles” y “delirantes” significaban un cambio demasiado drástico. Además, un grupo de notables intelectuales noucentistas muy influyentes en la sociedad catalana de entonces, inició una campaña de presión a favor del clasicismo estricto como estilo de construcción y ornamentación.
- El Passeig de Gràcia era el camino que unía la Barcelona medieval de las murallas con la villa de Gràcia, hoy un barrio de la ciudad. El primer proyecto de urbanización fue llevado a cabo por el capitán general de Cataluña Francisco Bernaldo de Quirós, marqués de Campo Sagrado, que en el año 1827 inauguró un paseo de 42 metros de anchura y que enseguida se convirtió en el lugar favorito de la aristocracia.