Pasaje de Sert

El callejón con encanto que es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad

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Escondido en el barrio de Sant Pere, este callejón pasa desapercibido para muchos visitantes, por lo que es uno de los secretos de Barcelona. El Pasaje Sert era el camino que atravesaba una de las fábricas textiles más importantes de la ciudad, propiedad de una familia de la que surgió uno de los arquitectos catalanes más influyentes del siglo XX.

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¿Por qué visitar el pasaje de Sert?

El pasaje Sert une la calle Trafalgar con la calle Sant Pere Més Alt, casi en la frontera entre el Eixample y Ciutat Vella. Sus orígenes se remontan a 1753, año de fundación de la fábrica de indianas Canaleta. Entre 1865 y 1867, la sociedad Bonaventura Solà y Cía., luego Sert Hnos. y Solá, adquirió el edificio. Fue la familia Sert la que derribó la finca original para convertirla en una casa-fábrica con un pasaje interior. Este pasaje ha pasado de ser un rincón oculto y degradado a convertirse en un rincón encantador, alejado del bullicio del centro.

En este mismo pasaje nació en 1874 el pintor Josep Maria Sert, autor de los murales de la catedral de Vic, el Ayuntamiento de Barcelona y el comedor del Waldorf Astoria de Nueva York, y tío de uno de los arquitectos catalanes más influyentes del siglo XX: Josep Lluís Sert, renovador de la arquitectura catalana, precursor del racionalismo, miembro destacado del GATPAC y autor, entre otros, de la Fundació Miró y el Dispensario Antituberculoso.

 

¿Cómo llegar al pasaje Sert?

Puedes llegar al pasaje Sert desde la parada del Barrio Gótico de la Ruta Roja del Barcelona Bus Turístic.

 

Para los más curiosos

  • Entre el siglo XVIII y principios del XX, Barcelona se convirtió en un importante centro industrial. Solo en Ciutat Vella se han documentado 130 edificios con este uso, muchos dedicados al textil. La máxima expresión de esto era la casa-fábrica, donde vivienda e industria compartían espacio. La fábrica Sert, hoy convertida en viviendas de lujo, es un ejemplo.
  • Si vas a visitar el Palau de la Música, vale la pena hacer una parada en este pasaje, donde no te molestarán ni coches ni bicicletas y donde el silencio es la norma.