Muralla Romana

La antigua puerta de la ciudad, un símbolo del Barrio Gótico

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Barcelona conserva torres, puertas y fragmentos de las murallas que los romanos levantaron en el siglo III d.C. para defender la ciudad. En el Barrio Gótico, podréis contemplar la entrada al Decumanus romano y dos impresionantes torres defensivas, así como un sector de muralla romana sobre el cual se añadieron bóvedas de estilo gótico en la época medieval.

Uno de los lugares donde mejor se pueden contemplar las puertas de la muralla, que estaban flanqueadas por torres a una distancia de hasta 10 metros, es en la Plaça Nova, junto a la Catedral de Barcelona. Aquí se conserva la Porta Praetoria, conocida con el nombre de portal del Bisbe en la Edad Media, que daba acceso a la colonia "Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino" por el Decumanus. Flanqueando la puerta, se alzan dos torres cilíndricas originarias de la muralla romana, aunque en el siglo XII se aumentó su altura.

Pero para obtener una visión única del muro de la segunda muralla romana, hay que llegar hasta la plaza Ramón Berenguer el Gran, donde confluyen la Barcelona gótica, medieval y romana y donde se conserva un tramo de muralla datado de principios del siglo IV d.C. Este fragmento es particularmente interesante porque se puede apreciar la superposición de bóvedas medievales sobre el muro romano. En esta plaza también encontraréis una estatua ecuestre del que fue conde de Barcelona entre los años 1096 y 1131, obra de Josep Llimona. Durante el reinado de Pedro III el Ceremonioso, en el siglo XIV, se construyó la capilla real de Santa Ágata, de estilo gótico, que tiene sus cimientos en la muralla romana.

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La fortificación de Barcino

Desde finales del siglo III y hasta comienzos del IV, Barcelona levantó un muro doble de hasta 8 metros de grosor en algunos tramos, con entre 70 y 80 torres de dos plantas de unos 18 metros de altura, la mayoría de base rectangular y 10 con base semicircular, situadas en las portaladas. Estas puertas eran triforadas, con una apertura central más amplia para el tráfico rodado y dos laterales, más pequeñas, para los peatones. En el piso superior de las torres había ventanas de medio punto que tenían la finalidad de proteger la villa del exterior. El gran número de torres en un perímetro de muralla relativamente pequeño, de entre 1.220 y 1.350 metros, hizo que Barcelona fuera conocida como “la ciudad coronada”.

La nueva muralla o segunda muralla de "Barcino", que son los restos que podemos observar en la actualidad, se construyó sobre las bases de la primera, que había sido levantada en el siglo I a.C. Las primeras incursiones de francos y alamanes a partir del año 250 suscitaron la necesidad de reforzar las murallas y, bajo el mandato imperial de Claudio II, Barcino inició las obras de mejora de las fortificaciones.

 

¿Cómo llegar a la muralla romana?

Desde la parada del Barrio Gótico de la Ruta Roja del Barcelona Bus Turístic, podéis llegar a la plaza Ramón Berenguer el Gran desde la vía Laietana.

 

Para los más curiosos

  • Podéis seguir el trazado de la muralla romana, a veces a simple vista y otras, escondido, con este itinerario: Plaça Nova, Av. Catedral, Tapineria, Pl. de l’Àngel, Sots-Tinent Navarro.
  • Si queréis descubrir los fragmentos de muralla más desconocidos, os proponemos que entréis en el Archivo Histórico de la Ciudad, en la calle de Santa Llúcia. Atravesando el patio os toparéis con la parte interna de la muralla. También en el patio del Casal de Gent Gran Pati Llimona, en la calle Correu Vell número 5, veréis un imponente tramo de muralla, y entrando en la Sala de las Ruinas del edificio Termas del Centro Cívico Pati Llimona, podréis contemplar hasta 17 metros de muralla, incluyendo una de las puertas de entrada laterales para peatones, que se conoce con el nombre de Porta del Regomir.